Este domingo, como cada 30 de enero desde hace tres años, se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (NTDs, por sus siglas en inglés), un grupo de veinte enfermedades que afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables de países en desarrollo en regiones tropicales y subtropicales, y que son responsables de una importante carga de mortalidad, discapacidad y estigma social. El ISCIII, como ha venido haciendo desde que comenzó la iniciativa, se suma a la conmemoración de este día con la celebración este viernes de una jornada científica centrada en la Enfermedad de Chagas.

Las enfermedades tropicales desatendidas están causadas por virus, bacterias, protozoos, hongos, helmintos, artrópodos y toxinas. Algunas NTDs asociadas a estos agentes infecciosos son el dengue, la lepra, la enfermedad del sueño, el micetoma, la esquistosomiasis y la sarna; la única enfermedad de este grupo que no es de origen infeccioso es el envenenamiento por mordedura de serpiente. Las estrategias para su control son diversas y dependen tanto de la epidemiología de la enfermedad como de la existencia de diagnósticos, tratamientos u otras medidas de control. Enfermedades como la filariasis linfática o la esquistosomiasis se abordan principalmente mediante el uso masivo de medicamentos, mientras que otras, como la enfermedad de Chagas o la leishmaniasis, requieren un manejo individualizado de casos.

​​Agustín Benito,director del Centro Nacional de Medicina Tropical, del ISCIII, habla sobre las Enfermedades Tropicales Desatendidas (NTDs).
 

La enfermedad de Chagas​ en humanos está causada por el parásito Trypanosoma cruzi​. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ​estima que en el mundo puede haber entre 6 y 7 millones de personas infectadas, y que más de 25 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad. Tradicionalmente confinada en el continente latinoamericano, en las últimas décadas la globalización y los movimientos migratorios han llevado la enfermedad a otros países, entre ellos los europeos y especialmente España, donde el Chagas se ha convertido en la primera NTD entre personas inmigrantes.

Los síntomas son difícilmente detectables en la fase aguda de la enfermedad, y pueden incluir leves lesiones cutáneas, dolores musculares, hinchazón local o palidez. En la fase crónica de la enfermedad de Chagas, si no se detecta y trata, puede causar trastornos digestivos, neurológicos y cardiacos, y en la fase más grave provocar insuficiencia cardiaca progresiva e incluso muerte súbita.
 

Contenidos de la jornada

María Romay Barja, del Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT), e Israel Cruz, de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), son los coordinadores de esta jornada, en la que Pedro Albajar, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha ofrecido de inicio una visión tanto global como local de la Enfermedad de Chagas y nos ha explicado cómo los actuales cambios a nivel global plantean una amenaza para la cronicidad de la enfermedad de Chagas, pero también cómo la transformación digital favorece las estrategias de vigilancia y control de esta patología. Además, ha reconocido la labor que desde el ISCIII se hace para luchar contra esta enfermedad y el importante papel que tiene España en el control de esta enfermedad en países no endémicos.

Teresa Blasco, del Centro Nacional de Medicina Tropical, ha explicado las dimensiones sociales de la enfermedad y las barreras de acceso al diagnóstico y tratamiento, haciendo hincapié en la necesidad de incluir un enfoque psicosocial y en las campañas de información para abordar el control de esta enfermedad, tanto a la población a riesgo como a los profesionales sanitarios de atención primaria que pueden jugar un papel relevante​.

José Antonio Pérez Molina, del Hospital Universitario Ramón y Cajal, ha hablado sobre la relación de los movimientos migratorios con la incidencia y extensión del Chagas en países no endémicos. También ha resaltado los beneficios de los programas de cribado y tratamiento temprano para reducir el riesgo de transmisión materno infantil, y la importancia de mejorar el seguimiento del paciente para evitar los abandonos​.

Finalmente, Javier Nieto y María Flores, del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII y la Fundación Mundo Sano, han hecho una revisión de las contribuciones del ISCIII al diagnóstico y cribado de esta enfermedad y a los avances que se están logrando a través de una red nacional de laboratorios, en términos de evaluación de métodos y armonización de protocolos diagnósticos, y han analizado la labor de la Red de Laboratorios de Enfermedad de Chagas en España​.
 

Objetivos para los próximos 10 años

El año pasado la OMS lanzó de la Hoja de Ruta 2021-2030 de la OMS para las Enfermedades Tropicales Desatendidas​. Entre los objetivos generales de esta nueva Hoja de Ruta están la reducción en un 90% de las personas que necesiten tratamiento para estas infecciones; la eliminación de al menos una NTD en al menos 100 países del mundo; la erradicación de dos de estas enfermedades, la dracunculiasis y el pian; la reducción en un 75% de la pérdida de años de vida ajustados por discapacidad, y la reducción también en un 75% de los fallecimientos de infecciones transmitidas por vectores como el dengue y la leishmaniasis​.

En el caso de la Enfermedad de Chagas, protagonista de la jornada celebrada por el ISCIII, el informe de la OMS incluye diferentes objetivos para su progresivo cumplimiento a lo largo de esta década, como aumentar significativamente el número de países que logran la interrupción de la transmisión a través de cuatro vías (vectorial, transfusional, trasplante y congénita) y elevar la cobertura de tratamiento antiparasitario entre la población diana, entre otros. La OMS busca que, para 2030, haya mejoras relevantes en financiación de la investigación, técnicas diagnósticas, vigilancia epidemiológica, tratamientos y acceso a los sistemas sanitarios en los países más afectados. ​​